Apagones prolongados y escasez de suministros

Un fallo eléctrico a gran escala o una interrupción severa de suministros esenciales puede sumirnos rápidamente en la precariedad. Este artículo explora cómo prepararse para un apagón prolongado y la consecuente escasez de recursos, garantizando la seguridad y autonomía del hogar hasta que se restablezca la normalidad.

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EL ESCENARIO DEL “GRAN APAGÓN”

La posibilidad de un apagón eléctrico masivo dejó de ser argumento de ficción para convertirse en preocupación real en Europa en 2021, cuando Austria advirtió a sus ciudadanos que “no es si ocurrirá un gran apagón, sino cuándo”​.

Aunque las autoridades españolas y expertas calificaron entonces de muy baja la probabilidad de un blackout generalizado, el simple rumor desató una fiebre por el acopio: durante semanas, miles de españoles discretamente almacenaron alimentos y material ante el fantasma del apagón.

¿Por qué tanta inquietud?

Porque nuestra sociedad depende absolutamente de la electricidad: sin ella, no hay luz, ni comunicaciones, se detiene el transporte público, los cajeros no funcionan, en pocas horas se pierde la cadena de frío de los alimentos, y la seguridad misma se ve comprometida (alarmas y sistemas de vigilancia fuera de servicio).

Un apagón prolongado podría deberse a causas variadas: una tormenta geomagnética solar, un ciberataque a la red eléctrica (como veremos en el siguiente artículo), sobrecarga del sistema en picos de demanda, o daños por desastres naturales.

Sus consecuencias serían similares: oscuridad, cortes de agua (muchas bombas de agua funcionan con electricidad), gasolineras inoperativas, hospitales y servicios críticos tirando de generadores de respaldo limitados.

En paralelo, la escasez de suministros puede darse por otras razones: huelgas de transporte, bloqueos fronterizos, conflictos bélicos que interrumpen cadenas logísticas (recordemos la falta de ciertos productos tras el inicio de la guerra de Ucrania) o crisis sanitarias que disparan la demanda de bienes específicos (mascarillas en 2020).

Sea cual sea la causa, el resultado para el ciudadano común es encontrarse con tiendas vacías de artículos esenciales y con servicios limitados.

AUTONOMÍA DOMÉSTICA: LUZ, AGUA Y CALOR

La preparación ante apagones y escasez empieza en el hogar, convirtiéndolo en una isla autosuficiente temporal. Para la electricidad, disponer de iluminación alternativa: linternas (con pilas extra o mejor aún, linternas dinamo o solares), lámparas LED recargables, velas y fósforos/encendedores (usados con precaución para evitar incendios).

Algunos preppers instalan sistemas de energía solar doméstica; no es necesario algo complejo: un pequeño panel solar portátil con una batería puede alimentar luces LED, cargar móviles y quizá una radio.

Quien pueda permitirse un generador a gasolina o diésel tendrá mayor potencia (mantener una nevera o un congelador funcionando algunas horas al día para conservar alimentos), pero hay que prever el combustible y el ruido que hacen (en un escenario de caos, un generador ruidoso puede atraer indeseados).

El agua merece capítulo aparte: sin electricidad, las estaciones de bombeo municipales pueden fallar. Es esencial almacenar agua potable en casa para varios días. Se recomienda al menos 4 litros por persona por día (no solo para beber, también para higiene mínima y cocina). Tener bidones grandes llenos y rotarlos periódicamente garantiza suministro.

Además, métodos para potabilizar agua: lejía apta para desinfección (unas gotas pueden purificar agua sospechosa), filtros de agua portátiles o de gravedad, e incluso la habilidad de hervir agua si se puede encender fuego o estufa.

En climas fríos, la falta de calefacción es crítica. Por eso, contar con fuentes de calor alternativas: mantas extras, sacos de dormir gruesos para dormir abrigado, estufas portátiles a gas butano (y bombonas disponibles) o chimeneas/estufas de leña en casas que las tengan, con leña almacenada.

Durante la crisis del apagón invernal que se rumoreó, se disparó la venta de estufas de butano en España​. También es útil tener ropa térmica y de abrigo para interiores.

SUMINISTROS ALIMENTARIOS Y DE USO DIARIO

Ante una escasez generalizada, la despensa prepper será nuestra tabla de salvación. Debemos contar con alimentos no perecederos suficientes para, idealmente, un par de semanas o más sin reabastecimiento.

En apagón, además, preferir aquellos que no requieran refrigeración ni mucha cocción. Por ejemplo: conservas enlatadas (vegetales, atún, legumbres cocidas), frutos secos, barras energéticas, cereales y galletas, leche en polvo o UHT, chocolate, café soluble. Si tenemos cocina de gas, podremos calentar guisos en lata o cocinar pasta/arroz con nuestro stock de agua; si no, de nuevo un hornillo de camping a gas o un pequeño infiernillo de alcohol nos permitirá preparar algo caliente. No olvidar abrelatas manual en el kit, parece obvio pero es un fallo común.

Otros artículos que tienden a escasear en crisis: papel higiénico (famoso protagonista, conviene almacenar algunos paquetes extra), productos de higiene femenina, pañales para bebés si aplica, jabón, detergente, medicamentos básicos (analgésicos, antigripales). Imaginemos no poder ir a la farmacia por una semana: ¿tenemos lo necesario para un dolor de muelas o tratar una fiebre? Además, mantener un pequeño exceso de combustible para coche (un bidón seguro almacenado) y bombonas de gas llenas puede ser providencial si las estaciones están cerradas.

FORTIFICACIÓN Y SEGURIDAD EN LA OSCURIDAD

Un apagón extenso puede desembocar en problemas de seguridad. La falta de alumbrado público y alarmas facilita actividades delictivas, y la desesperación por comida o bienes puede llevar a saqueos.

Por ello, en simultáneo con la autosuficiencia, hay que reforzar la seguridad del hogar. Mantener puertas y ventanas bien cerradas siempre que salgamos (recordemos el consejo policial: puertas y ventanas, sobre todo las accesibles a patios, deben permanecer aseguradas ya que son puntos débiles​).

Instalar cierres adicionales, rejas o pestillos internos brinda una capa extra. Tener un perro vigilante también es un excelente sistema de alarma temprana.

Durante los apagones de Nueva York en los años 70 y 2000, se vio tanto lo mejor como lo peor: gente ayudando a dirigir el tráfico… y otros rompiendo vidrieras. Nuestra estrategia debe ser no convertirse en un blanco. Evite mostrar luces brillantes hacia el exterior en una ciudad a oscuras; podría delatar que su casa tiene energía o recursos. Use cortinas gruesas o mantas para cubrir ventanas por la noche si enciende velas o linternas. Sea discreto al cocinar para que el olor no atraiga a hambrientos.

En el edificio o vecindario, coordine con vecinos turnos de vigilancia si la situación se prolonga y hay temor de robos; la presencia de varios vecinos con linternas haciendo rondas puede ahuyentar a oportunistas.

Otra medida preventiva: guardar herramientas y escaleras.

Los ladrones podrían usar nuestra propia escalera de jardín para entrar por una ventana alta.

Lo aconsejable es no dejar nada accesible que facilite allanamientos​.

Igualmente, cerrar persianas o cortinas impide que desde fuera vean nuestras pertenencias o personas en casa​.

Si, pese a todo, la escasez genera amenazas directas (bandas tratando de saquear casas), la defensa personal podría llegar al enfrentamiento. Como siempre, es último recurso. Se pueden improvisar barricadas tras la puerta principal (muebles pesados atrancando la entrada) y preparar algún spray de pimienta o arma casera. Pero lo ideal es evitar llegar a ese punto mediante la disuasión y el bajo perfil.

MOVILIDAD Y COMUNICACIONES

En un apagón general, las comunicaciones tradicionales fallarán.

Los teléfonos móviles podrían aguantar unas horas gracias a antenas con baterías de respaldo, pero eventualmente caerán. Internet fijo y TV por cable se irán casi de inmediato al no tener las compañías eléctricas capacidad de seguir alimentando repetidores.

Por eso es importante contar con una radio AM/FM a pilas (o manivela) para escuchar las emisoras de emergencia. Las autoridades suelen transmitir boletines con instrucciones, ubicación de refugios o estimaciones de restitución del servicio.

Apunte las frecuencias locales de radio noticias y mantenga pilas nuevas para la radio en el kit.

La movilidad también se complica: los semáforos apagados colapsan el tráfico, y la falta de combustible deja vehículos varados.

Si necesita desplazarse en medio de un apagón, considere hacerlo a pie o en bicicleta si las distancias lo permiten. Tenga mapas físicos de su área para navegar sin GPS.

Por la noche, use linternas y elementos reflectantes para no ser atropellado en calles oscuras, pero igualmente muévase con precaución extrema.

Mejor posponer cualquier viaje hasta el día.

CULTURA DE PREVENCIÓN

La preparación ante apagones y escasez no debe ser vista como alarmismo, sino como un seguro. De hecho, en muchos países ya forma parte de recomendaciones oficiales: la Comisión Europea en 2025 aconsejó tener kits para 72 horas​. Finlandia y otros estados tienen guías ciudadanas de supervivencia doméstica, fruto de haber aprendido de guerras o bloqueos. En España hemos confiado en la robustez de nuestras infraestructuras, pero el escenario de la pandemia y la guerra en Europa hizo que más personas empezaran a guardar agua y comida “por si acaso”.

Referencias

  • ABC. (2021, 17 noviembre). El temor al gran apagón desata la fiebre por el acopio.
  • ABC. (2021, 17 noviembre). Austria prepara a sus ciudadanos para un posible apagón (cita de ministra).
  • La Nación (2021, 5 nov). Todo lo que necesitas para afrontar un apagón eléctrico. El País – Escaparate.
  • Policía Nacional de España. (s.f.). Consejos de Seguridad en la Vivienda.
  • Nationwide (2020). Consejos sobre robos y seguridad del hogar.

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