¿POR QUÉ NECESITAS UN PLAN DE EVACUACIÓN?
Durante una crisis grave –incendio, inundación, atentado, terremoto– puede surgir la necesidad de abandonar inmediatamente tu hogar o zona para ponerse a salvo.
La evacuación bajo presión es caótica si no se ha pensado de antemano.
Un Plan de Evacuación Familiar es un esquema preestablecido que indica qué hacer, adónde ir y cómo reunirse en caso de tener que escapar de un peligro.
Tener este plan por escrito y ensayado proporciona claridad en el caos, reduce tiempos de reacción y evita que los miembros de la familia se separen o queden en peligro por indecisión.
Las autoridades de protección civil insisten en estos planes. Por ejemplo, la Dirección General de Protección Civil en España recomienda que cada familia diseñe rutas de evacuación, identifique salidas seguras y establezca un punto de encuentro exterior en caso de emergencia.
Además, sugiere preparar con antelación los materiales necesarios para evacuar y saber cómo cortar suministros antes de salir.
Un buen plan de evacuación complementa al kit de emergencia: mientras el kit te da herramientas para sobrevivir, el plan te dice cómo utilizarlas durante la huida.
Beneficios clave de un plan de evacuación:
1) Todos saben qué hacer sin necesidad de instrucciones ad hoc (evitando pánico y confusión).
2) Asegura que nada importante se olvide (personas, documentos, medicina).
3) Aumenta la probabilidad de reencontrarse si la familia se dispersa, gracias a puntos de encuentro predefinidos.
4) Minimiza los “tiempos muertos” – cada minuto cuenta si hay fuego o explosión inminente, y con un plan no se pierde tiempo decidiendo ruta o qué tomar.
ELEMENTOS ESENCIALES DE UN PLAN DE EVACUACIÓN
Un plan de evacuación familiar debe cubrir varios aspectos fundamentales:
Rutas de escape
Define al menos dos rutas de salida desde tu vivienda hasta un lugar seguro.
Por ejemplo, una ruta principal (quizá en coche por la carretera X) y una alternativa (a pie por el camino Y, en caso de que la principal esté bloqueada). Dentro de la vivienda también contempla salidas secundarias: ¿qué hacer si la puerta principal está bloqueada? Tal vez escapar por el patio trasero o la azotea hacia el edificio vecino.
Estos detalles importan. Se aconseja dibujar un croquis de la casa marcando puertas, ventanas practicables, escaleras y posibles obstáculos, y tenerlo visible. Durante simulacros, todos deben practicar salir por distintas vías.
Puntos de encuentro:
Establece dos lugares de reunión: uno cercano y otro más lejano.
El cercano puede ser justo fuera de casa (ej. la farola de la esquina opuesta) para juntarse en caso de evacuación de la vivienda (incendio interno, por ejemplo).
El lejano debe estar fuera de tu barrio inmediato (ej. la plaza del ayuntamiento o casa de un familiar en otro distrito), pensado para una evacuación amplia de zona (p.ej., terremoto general, explosión química en el barrio). De este modo, si la familia no puede reunirse en el punto cercano por cualquier motivo, todos sabrán que deben dirigirse al punto lejano. Estos lugares deben ser conocidos y accesibles; conviene visitarlos durante la planificación para que todos (incluso niños) los ubiquen físicamente.
Plan de comunicaciones
Determina cómo os contactaréis si alguien se separa o si la emergencia ocurre cuando la familia está dispersa (papás en trabajo, niños en escuela, etc.).
Todos los miembros deben memorizar un teléfono de contacto de emergencia (idealmente de un familiar fuera de la ciudad, que pueda actuar de enlace).
Si las redes telefónicas locales fallan, a veces enviar un SMS o WhatsApp a un contacto lejano funciona. Incluye en el plan que cada miembro, tan pronto esté a salvo, intente comunicar “Estoy bien, estoy en X”. Asimismo, designa un chat grupal o medio (radio, por ejemplo) para dar actualizaciones. Importante: acordad una palabra clave de confirmación.
Por ejemplo, si alguien recibe un mensaje “Ve al punto de encuentro ahora – [clave]”, sabrá que la instrucción es auténtica y no una confusión.
Roles y responsabilidades
Asigna tareas a cada quien, según edades y capacidades. ¿Quién agarra el botiquín? ¿Quién ayuda a los abuelos o a los niños pequeños a salir? ¿Quién se encarga de las mascotas?
Por ejemplo, mamá toma la mochila de emergencia, papá corta la electricidad y gas antes de salir, el hijo mayor lleva de la mano al hermano pequeño.
Si alguien suele no estar en casa (por trabajo), definid quién le sustituye en su rol en caso de ausencia.
Estos roles deben ser sencillos y ensayados. Saber de antemano “qué me toca hacer” reduce el pánico individual. Un detalle: enséñale a los niños qué hacer si papá y mamá no están; por ejemplo, si solo está la niñera, que también conozca el plan y a quién llamar.
Procedimiento paso a paso
Documenta en el plan un checklist rápido de acciones al evacuar.
Ejemplo:
1) Alarma – identificar amenaza (p.ej., oler humo, escuchar sirena).
2) Gritar “¡Evacuación!” – todos dejan lo que hacen.
3) Tomar mochila de emergencia y abrigos.
4) Reunirse en la puerta de entrada en 1 minuto.
5) Salir por ruta designada, cerrar puerta tras de sí sin llave (no perder tiempo).
6) Ir al punto de encuentro cercano.
7) Pasar lista de familia y vecinos si estaban con vosotros.
8) Llamar a contacto de emergencia para informar situación.
Este es un ejemplo general; tu plan tendrá pasos adaptados. Pegad esta lista en un lugar visible de la casa (detrás de la puerta principal, p.ej.). En emergencias reales, hasta los adultos pueden quedarse en blanco, un pequeño esquema en la pared ayuda a centrarse.
Documentos y suministros esenciales
Asigna tareas a cada quien, según edades y capacidades. ¿Quién agarra el botiquín? ¿Quién ayuda a los abuelos o a los niños pequeños a salir? ¿Quién se encarga de las mascotas?
Por ejemplo, mamá toma la mochila de emergencia, papá corta la electricidad y gas antes de salir, el hijo mayor lleva de la mano al hermano pequeño.
Si alguien suele no estar en casa (por trabajo), definid quién le sustituye en su rol en caso de ausencia. Estos roles deben ser sencillos y ensayados.
Saber de antemano “qué me toca hacer” reduce el pánico individual.
Un detalle: enséñale a los niños qué hacer si papá y mamá no están; por ejemplo, si solo está la niñera, que también conozca el plan y a quién llamar.
PASO 1: EVALUAR RIESGOS Y ESCENARIOS
Antes de dibujar rutas a lo loco, identifica cuáles emergencias son más probables en tu zona y vivienda.
¿Vives en edificio alto? Entonces un incendio es riesgo principal y la evacuación vertical (escaleras, azotea) debe planificarse.
¿Zona costera? Inundaciones o tsunamis podrían requerir evacuar tierra adentro o a terreno elevado.
¿Cerca de industria química? Podría haber fugas tóxicas – la evacuación tal vez sea perpendicular al viento dominante.
Haz una lista de riesgos: incendios, sismos, inundación, amenaza violenta, etc. Para cada uno, piensa: ¿Nos quedaríamos o evacuaríamos? ¿Con cuánta urgencia? ¿Hacia dónde conviene ir? Incluso en escenarios de “confinamiento” (donde uno debería quedarse, como una nube tóxica), es útil planear qué harían después de refugiarse – tal vez evacuar la ciudad cuando pase lo peor.
Investiga planes locales:
Muchos municipios tienen planes de emergencia y zonas seguras definidas.
Por ejemplo, en zonas sísmicas se indican puntos de reunión vecinales; en zonas inundables, rutas de evacuación elevadas señalizadas. Incluye esas rutas oficiales en tu plan.
Consulta mapas de riesgos de protección civil (en España suelen estar en webs autonómicas o municipales).
Saber si tu barrio sería desalojado en cierta alerta te da ventaja para prepararte. También, aprende de la historia: si en 1970 hubo que evacuar por X, podría repetirse
PASO 2: DISEÑAR LAS RUTAS DE EVACUACIÓN
Con los riesgos en mente, traza tus rutas. Comienza por la evacuación de la vivienda:
- Marca en un plano las salidas: puerta principal, puertas secundarias, ventanas practicables, e incluso rompe cristales si tu edificio tiene puertas de emergencia con cristal (saber dónde golpear).
- Identifica posibles obstáculos internos: muebles pesados que pudieran caer y bloquear pasillos (quizá reubicar esos muebles para que no obstruyan), rejas en ventanas (¿tienen apertura interna? conviene instalar rejas abatibles en habitaciones, de lo contrario son trampas).
- Señaliza las salidas en tu casa si es grande (no está de más un letrero “Salida” luminoso en un pasillo oscuro, estilo extintor).
- Si vives en edificio, localiza las dos rutas: escalera principal y escalera de incendios/auxiliar. Nunca planifiques usar ascensor en un incendio o sismo.
- Si vives en casa, considera las puertas y, en última instancia, si podrías saltar desde alguna ventana a una zona segura (por ejemplo, desde un primer piso al jardín, usando una cuerda o escalera de emergencia).
Luego, la ruta fuera del hogar hasta zona segura:
- Elige un lugar seguro inmediato (punto de encuentro cercano). Desde tu puerta a ese lugar, ¿cuál es el camino más directo y despejado? Practícalo: sal y verifica si hay veredas angostas, postes que podrían caer, cableado eléctrico (peligro tras terremoto). Ajusta la ruta para evitar riesgos: mejor dar una vuelta manzana y no pasar bajo un viejo cartel.
- Ahora extiende la ruta hacia un lugar seguro lejos del vecindario (punto de encuentro lejano). Puede ser la casa de un pariente en otro barrio o un espacio público conocido (un parque amplio, por ejemplo). Traza cómo llegarías en automóvil si está disponible: qué calles tomarías. Y también cómo llegarías a pie si las vías estuvieran impracticables o sin vehículo. Ten en cuenta atajos: callejones, escaleras entre bloques, etc., pero también reconoce lugares a evitar (puentes que pueden colapsar, gasolineras que podrían incendiarse, ríos que podrían desbordar).
- Anota alternativas: “Si la ruta principal (Av. Principal) está bloqueada, tomaremos la calle X paralela”. Ten a mano un mapa físico del barrio/ciudad resaltando estas rutas y guárdalo con tus documentos. En situaciones críticas, el GPS del móvil podría no funcionar, así que lo analógico gana valor.
Recuerda incluir a todos los miembros en la ruta: si tienes personas con movilidad reducida, planifica cómo las ayudarás (silla de ruedas por rampas específicas, quién la empuja, etc.). Si tienes mascota, decide si la llevarás y cómo (transportín cerca de la puerta, bozal si es perro grande para no perder control).
Una buena práctica es hacer un simulacro de ruta un día tranquilo: salir en familia desde casa hasta el punto de encuentro lejano caminando o en coche, usando la ruta prevista. Cronometren cuánto tardan. Observen si los niños se cansan (tal vez deba incluirse un carrito ligero en el kit), si la abuela necesita ayuda en cierto tramo, etc. Ajusten en base a eso.
PASO 3: PREPARAR EL KIT Y LOGÍSTICA DE EVACUACIÓN
El plan no está completo sin la logística de qué llevar y cómo. Aquí entra la famosa mochila de 72 horas (también llamada mochila de emergencia o “go-bag”). Asegúrate de que:
La mochila esté lista y accesible
No sirve guardarla al fondo de un altillo. Debe estar en un lugar cerca de la salida (pero no a la vista de visitas para no tentar robos). Mucha gente la ubica debajo de la cama o en el armario junto a la puerta. Incluye una mochila por cada adulto, o una grande para dos personas. Para niños pequeños, prepara una bolsita con sus cosas (pañales, leche en polvo, algún juguete de consuelo). No olvides correa y algo de alimento para la mascota.
Contenido esencial
Como mínimo: agua (1-2 litros por persona), raciones de comida no perecedera, linterna + pilas, radio a baterías, botiquín de primeros auxilios, multi-herramienta/navaja, manta térmica, ropa de abrigo ligera, silbato, copias de documentos importantes, algo de dinero en efectivo, cargador portátil de móvil (powerbank) cargado.
También artículos de higiene básicos (gel desinfectante, toallitas húmedas) y, si se usa, artículos femeninos (compresas / tampones).
Cada familia adapta según necesidades (medicinas personales, gafas de repuesto, etc.). Revisa tu mochila cada 6 meses para rotar comida/agua y actualizar tallas de ropa de niños.
Vehículo preparado:
Si planeas evacuar en coche, mantenlo en condiciones. Idealmente depósito al menos medio lleno siempre (en emergencias, gasolineras se saturan o quedan sin servicio).
Ten un kit de emergencia en el coche también: triángulos, herramientas, pero además mantas, agua, cables de arranque, un botiquín. Y guarda un mapa en la guantera.
En el plan define quién conduce (y un reemplazo si esa persona no está). Guarda una copia impresa del plan de evacuación en el coche igualmente.
Corte de suministros antes de salir
Enseña a adultos (y adolescentes responsables) cómo cerrar la llave de gas, desconectar la electricidad y el agua de la casa antes de evacuar, si el tiempo lo permite.
Esto puede prevenir incendios o inundaciones secundarias. Inclúyelo en el plan: por ejemplo, “si hay tiempo y es seguro hacerlo, papá bajará las palancas de luz y cerrará gas general”.
Si la emergencia es inminente (ej. fuego dentro), obviamente no se arriesgarán a ello. Pero en evacuaciones preventivas (ej. aviso de huracán), sí hay margen para dejar la casa en modo seguro.
PASO 4: PRÁCTICA Y AJUSTE DEL PLAN
Un plan en papel es útil, pero la práctica lo es todo. Realiza simulacros periódicos con tu familia. Al menos dos veces al año (por ejemplo, al inicio de verano y de invierno) repitan el ejercicio: suena una alarma (puede ser tú diciendo “¡Simulacro!”), todos ejecutan sus roles, toman mochilas, salen por la ruta designada y se reúnen en el punto de encuentro cercano.
Cronometra el tiempo desde la señal hasta que todos estén fuera. ¿Se demoraron buscando algo? ¿Alguien entró en pánico? Después, comenten en familia cómo mejorar. Tal vez noten que la linterna no tenía baterías (lección: revisarla). O que la abuela no oyó la “alarma” (solución: asignar a alguien que la asista inmediatamente). Cada práctica revelará detalles.
También practiquen distintos horarios: un simulacro de noche, para ver si todos saben ubicar cosas en la oscuridad; uno con padres ausentes (¿saben los niños qué hacer con la canguro?); uno simulando que la escalera principal no se puede usar (así prueban la ruta alternativa).
Cuanto más realista, mejor preparados estarán. En lugares con riesgos específicos (p.ej. terremotos), integren conductas adecuadas: primero cubrirse durante el sismo, luego evacuar.
Si viven en edificio, hablen con los vecinos sobre hacer un simulacro conjunto – podría salvar a todos y coordinar ayuda a personas mayores o con movilidad reducida en pisos superiores.
No olviden practicar la comunicación: en un simulacro, una vez a salvo, envíen el mensaje al contacto de emergencia designado (aunque sea de prueba) y vean cuánto tardan en responder.
Ensayen usar el radio si tienen (sintonizar la frecuencia, etc.).
Toda esta práctica afina el plan y refuerza la memoria muscular: en una emergencia real, los pasos saldrán casi en automático tras haberlos repetido.
Revise y actualice el plan con cualquier cambio en la familia o entorno: mudanzas, hijos que crecen, nuevos teléfonos, mascota añadida, cambios en infraestructura del barrio, etc.
Es un documento vivo. Involucrar a todos en su elaboración hace que se sientan más dueños del proceso y reaccionen mejor al aplicarlo.
CONSIDERACIONES ESPECIALES
Niños
Enséñales cómo actuar sin asustarlos. Juego de roles puede ayudar (“vamos a jugar a escapar del dragón de fuego”, por ejemplo). Haz que memoricen nombre completo, dirección y teléfono de los padres en cuanto tengan edad. Si son muy pequeños, ponles una pulsera con esa info durante una evacuación real. Designa en el plan quién carga o asiste a cada niño.
Personas con discapacidad
Adecuar rutas (¿hay rampas? ¿necesitan silla especial?).
Si alguien es sordo, usar señales luminosas para alertar. Si es ciego, hacer recorridos táctiles con ellos.
Contempla transporte especial si requiere (ej. silla de ruedas en auto).
Mascotas/gran animales
Idealmente planifica llevar mascotas domésticas; prepara transportines cerca de la salida. Para animales grandes (caballos, ganado) en áreas rurales, el plan puede incluir abrirles las cercas para que se liberen y huyan instintivamente si no es posible transportarlos. La prioridad siempre son las vidas humanas, tenlo claro.
Documentos digitales
Además de llevar documentos físicos, guarda copias digitalizadas en una USB waterproof en tu kit, o en la nube con acceso seguro. Así si los originales se pierden, tienes respaldo.
Retorno a casa
El plan también debe mencionar que nadie regrese al hogar evacuado hasta que las autoridades confirmen seguridad. Muchas tragedias ocurren cuando personas vuelven por pertenencias y es prematuro. Más vale pasar una noche fuera que arriesgarse
CONCLUSIÓN
Un plan de evacuación completo es tan importante como un seguro de vida: esperas no tener que usarlo nunca, pero si llega el día, será invaluable. Dedicar tiempo a planificar rutas, puntos de encuentro y logística es invertir en la seguridad de tu familia. La diferencia entre salir ilesos o sufrir consecuencias en un desastre muchas veces radica en haber tomado estos preparativos en serio.
Como hemos visto, un buen plan abarca desde el instante en que identificas el peligro (¿por dónde salimos de casa?) hasta el momento en que te reencuentras con los tuyos en lugar seguro lejos del peligro. Cada paso pensado de antemano disminuye el riesgo de errores fatales bajo presión. Y no olvidemos la importancia de practicar: los simulacros consolidan el plan y dan confianza a todos. Ahora que comprendes cómo armar tu plan de evacuación, ¡manos a la obra! Reúne a tu familia este fin de semana y elaboradlo juntos. Dibujen ese mapa, asignen responsabilidades y hagan del plan un proyecto familiar. Peguen copias en casa y revísenlo periódicamente. La tranquilidad que obtendrás al saber que tienes un camino claro en medio de la incertidumbre no tiene precio.
En el próximo artículo profundizaremos en herramientas que complementan cualquier evacuación: mapas, rutas y señales de orientación vital. Aprenderemos a usar brújulas, a leer mapas físicos y a enviar señales de auxilio, habilidades que serán muy útiles tanto si debemos evacuar por terreno desconocido como si necesitamos orientarnos tras llegar a zonas seguras. Cada conocimiento suma en nuestro objetivo de estar preparados para cualquier eventualidad.