El preparacionismo – también conocido por el término inglés prepping
consiste en anticiparse a escenarios de crisis para garantizar la supervivencia propia y de los seres queridos. Los llamados preppers o preparacionistas forman un movimiento social dedicado a prepararse para posibles emergencias naturales o sociales, acumulando suministros, acondicionando refugios y desarrollando habilidades técnicas.
El objetivo central es asegurar la supervivencia en caso de desastres (desde apagones o terremotos hasta un hipotético “fin del mundo”), protegiendo a la comunidad y los recursos almacenados.
A diferencia de lo que muestran algunos estereotipos apocalípticos, la mayoría de preparacionistas no esperan un evento fantástico como un ataque zombi, sino contingencias mundanas: por ejemplo, una inundación, un incendio doméstico o disturbios que alteren el orden público. En esencia, ser prepper significa “esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor”, asumiendo que no siempre podremos depender de la ayuda externa de inmediato.
¿POR QUÉ AHORA? – RELEVANCIA ACTUAL
En las últimas décadas han ocurrido eventos que evidenciaron nuestra fragilidad como sociedad moderna. La pandemia de COVID-19, fenómenos meteorológicos extremos (como la nevada Filomena en España) y crisis energéticas o conflictos internacionales han puesto en alerta a parte de la población . Muchos ciudadanos descubrieron su vulnerabilidad al ver interrumpidos los suministros básicos o limitados los recursos. Por ello, cada vez más personas optan por “estar preparadas” ante una próxima crisis. Incluso las autoridades lo han reconocido: en 2025, la Unión Europea publicó una guía instando a todos los ciudadanos a disponer de un kit de emergencia para 72 horas con agua, alimentos, medicamentos, linterna, radio y otros artículos esenciales.
La propia comisaria europea de Gestión de Crisis mostró con humor su mochila de emergencia, enfatizando la importancia de llevar documentos de identidad, dinero en efectivo, abrigo e incluso cargadores portátiles. Esta recomendación oficial refleja la relevancia actual del preparacionismo: ya no se trata de un pasatiempo extravagante, sino de una prudencia básica.
De hecho, solo un 15% de los europeos tiene un kit de emergencia en casa, por lo que las instituciones buscan fomentar una cultura de la preparación. En España, tras vivirse situaciones como el volcán de La Palma o amenazas de “gran apagón” eléctrico, ha crecido el interés por planificar cómo actuar ante desabastecimientos o catástrofes.
OBJETIVOS Y FILOSOFÍA DEL MOVIMIENTO
El preparacionismo tiene como meta dotar a la gente común de medios y conocimientos para sobrevivir de forma autónoma cuando fallen las estructuras habituales (suministro eléctrico, servicios de emergencia, abastecimiento de comida, seguridad pública, etc.).
Esto implica varios objetivos concretos: almacenar víveres y agua para varios días o semanas, contar con herramientas y equipamiento básicos, adquirir nociones de primeros auxilios, y muy especialmente garantizar la seguridad personal de la familia.
Una despensa con comida enlatada, agua embotellada y otros suministros preparada por un ciudadano precavido. Disponer de alimentos no perecederos para un periodo prolongado es una de las medidas esenciales del preparacionismo ante un posible desabastecimiento.
En situaciones de colapso social es posible que aumente la inseguridad, por lo que los preppers incluyen la defensa personal dentro de su preparación (desde aprender técnicas de autoprotección hasta, en algunos casos, adquirir herramientas disuasorias permitidas legalmente). No obstante, la filosofía prepper no busca el conflicto sino evitar verse desamparado. Un lema popular entre la comunidad resume esta mentalidad: “Mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”, enfatizando la importancia de la previsión. Prepararse no significa vivir con miedo, sino ser precavido: como señala un conocido preparacionista español, “cuidar de ti, de tu familia o saber cómo actuar en momentos de crisis no tiene ideario. Es supervivencia pura y dura”. En otras palabras, estar listos ante emergencias no es alarmismo, es responsabilidad personal.
PREPARACIONISMO EN EUROPA Y ESPAÑA
Aunque el movimiento prepper tuvo su origen moderno en Estados Unidos durante la Guerra Fría, en años recientes ha echado raíces también en Europa.
En EE. UU. surgió con una fuerte influencia de la cultura de defensa civil y, en algunos sectores, ligado a ideologías ultraconservadoras que promovían la autoprotección armada frente a amenazas variadas.
En Europa el fenómeno ha crecido más tarde y con características propias. Por ejemplo, tras el Brexit se observó un aumento de comunidades preparacionistas en el Reino Unido.
En España, tradicionalmente, el preparacionismo era muy minoritario, pero eventos recientes han hecho “salir del armario” a muchos. Se estima que la principal comunidad prepper en España (Preppers España, fundada en 2018) reúne ya a unos 17.000 miembros en todo el país, un salto notable desde los pocos miles de hace algunos años. Estos grupos, aunque discretos, se coordinan para compartir conocimientos sobre supervivencia, alimentación, primeros auxilios y seguridad.
Su lema es revelador: “Semper Paratus” (Siempre preparados).
También prolifera la oferta de cursos de supervivencia y bushcraft (habilidades de vida en la naturaleza) en español, con instructores que enseñan a “urbanitas” cómo encender fuego, potabilizar agua o reaccionar ante un accidente. La demanda de estos cursos se ha disparado un 150% en pocos años, atrayendo a familias enteras y personas de perfiles muy diversos.
En España, los preparacionistas suelen mantener un perfil bajo para evitar estigmas – no alardean de sus almacenes de comida ni de sus planes – y prefieren verse como ciudadanos prudentes. De hecho, recuerdan que nuestros abuelos campesinos solían guardar reservas “por si acaso”, práctica que el mundo urbano moderno había olvidado.
En síntesis, el preparacionismo ibérico se está consolidando como un movimiento práctico y comunitario que busca complementar (no reemplazar) la respuesta oficial ante emergencias. Sus integrantes comparten la idea de que, ante una catástrofe, la ayuda pública podría tardar 72 horas o más en llegar, de modo que es sensato ser autosuficientes durante ese intervalo crítico .
Conclusión
La introducción a los fundamentos del preparacionismo nos muestra que no es necesario esperar al próximo desastre para actuar: la preparación comienza ahora, en la tranquilidad del día a día.
Este movimiento, enfocado en la autoprotección y la resiliencia, ha ganado relevancia en Europa porque responde a inquietudes reales de la sociedad actual. A lo largo de esta serie de artículos exploraremos con mayor detalle sus distintas facetas – desde la historia y los términos clave hasta el perfil psicológico del prepper moderno –, pero todas comparten un núcleo común: la convicción de que estar listos ante lo peor nos permite vivir con mayor confianza y seguridad en el presente.
Como punto de partida, entender estos fundamentos nos ayuda a apreciar el valor de la preparación responsable y nos invita a reflexionar:
¿estamos preparados para lo inesperado?