DEFINICIÓN Y ALCANCE
El preparacionismo (del inglés prepping) engloba todas aquellas actividades orientadas a sobrevivir durante periodos de colapso social, tanto a medio como a largo plazo. Implica estar listo para escenarios en los que los servicios básicos fallen: falta de alimentos, cortes prolongados de electricidad o agua, ausencia de atención inmediata por parte de las autoridades, etc.
En palabras del investigador Michael Mills (Universidad de Kent), los preppers se enfocan en seis necesidades básicas:
- Nutrición
- Hidratación
- Refugio
- Seguridad
- Higiene
- Medicinas
En la práctica, esto se traduce en almacenar víveres, agua y suministros médicos, desarrollar habilidades de supervivencia (como hacer fuego o potabilizar agua), e incluso elaborar planes de evacuación hacia lugares seguros o búnkeres en caso de catástrofes mayores. Algunos preparacionistas contemplan disponer de medios de defensa personal para después de un colapso total del orden, aunque siempre dentro de la legalidad y como última medida. Es importante señalar que el preparacionismo no debe confundirse con el simple survivalismo o bushcraft. Mientras que las técnicas de supervivencia y el bushcraft se centran en subsistir en la naturaleza (por ejemplo, aprender a obtener agua o alimentos silvestres), el preparacionismo abarca una visión más amplia: prepararse para todo tipo de emergencias, ya sean desastres naturales (huracanes, terremotos, inundaciones) o provocadas por el ser humano (guerras, atentados, crisis económicas).
En resumen, ser prepper significa adoptar una mentalidad preventiva y proactiva frente a lo inesperado: es tener planes alternativos, recursos almacenados y conocimientos prácticos para afrontar autónomamente situaciones en las que la sociedad deja de funcionar con normalidad.
BREVE HISTORIA DEL MOVIMIENTO
Si bien la idea de prepararse para tiempos difíciles es tan antigua como la humanidad (pensemos en cosechar y guardar comida para el invierno, o en los refugios antiaéreos de las guerras mundiales), el preparacionismo como movimiento organizado tiene sus raíces en el siglo XX. Sus inicios modernos suelen ubicarse en la Guerra Fría, cuando el miedo a un ataque nuclear llevó a muchas familias en EE. UU. y Europa a construir refugios y almacenar suministros de emergencia. En Estados Unidos, durante las décadas de 1960 y 1970, surgieron manuales de supervivencia nuclear y guías de protección civil que sentaron algunas bases de la cultura prepper. A finales del siglo XX y comienzos del XXI, nuevos eventos volvieron a popularizar la preparación: tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 se evidenció la vulnerabilidad frente al terrorismo, y fenómenos como el efecto 2000 (Y2K) o la devastación del huracán Katrina (2005) reforzaron la idea de contar con planes de contingencia. Ya en tiempos más recientes, la pandemia de COVID-19 (2020) y el conflicto entre Ucrania y Rusia (2022) añadieron más motivos de preocupación global.
Estas crisis demostraron que incluso sociedades avanzadas pueden sufrir desabastecimiento repentino o caos temporal, lo que impulsó a más personas a interesarse por el preparacionismo. En España la experiencia de la pandemia y sucesos como la borrasca Filomena o la erupción volcánica en La Palma hicieron visible la necesidad de estar preparados ante emergencias locales. En paralelo, la cultura popular reflejó e inspiró este auge (desde programas de telerrealidad sobre preppers hasta películas postapocalípticas), alimentando el crecimiento del movimiento –un tema que abordaremos en profundidad en un artículo posterior de esta serie–.
En la actualidad, el preparacionismo se ha diversificado: ya no es solo el clásico escenario de Guerra Fría lo que preocupa, sino también amenazas climatológicas, ciberataques o colapsos económicos.
IMPORTANCIA EN DIFERENTES CONTEXTOS
Según el entorno, las prioridades del preparacionismo pueden variar.
Ciudades
En ciudades muy pobladas y dependientes de suministros constantes, los preppers se aseguran de tener en casa kits básicos (linterna, agua, comida enlatada, botiquín, radio) para afrontar los primeros días de caos tras un apagón u otra emergencia.
Zonas Rurales
En zonas rurales aisladas, muchas prácticas del prepping son parte del saber popular (guardar leña, conservar alimentos, disponer de un pozo) y permiten sobrellevar nevadas u otras contingencias sin asistencia externa.
Desastres Naturales
Ante desastres naturales como terremotos o inundaciones, la preparación se traduce en planes de evacuación familiares, simulacros y abastecimiento de recursos esenciales que pueden marcar la diferencia en los instantes críticos.
Crisis Sociales o conflictos
Frente a crisis sociales o conflictos (como un colapso económico o disturbios), el objetivo es garantizar la autosuficiencia y la seguridad: desde disponer de ahorros en efectivo fuera del banco hasta fortificar el hogar o planificar un refugio temporal lejos de las zonas de peligro.
En todos estos escenarios, el preparacionismo ofrece un beneficio transversal
Mejora la resiliencia tanto individual como comunitaria. Una población con nociones básicas de autosuficiencia estará mejor equipada para cooperar y superar una adversidad.
Por eso, los organismos de protección civil han comenzado a promover la preparación ciudadana, desde campañas informativas hasta simulacros públicos.
Estados Unidos
En Estados Unidos, donde la cultura prepper está más extendida, una encuesta de 2023 reveló que 51% de los adultos se sienten “preparados” para afrontar un desastre y un 57% han tomado tres o más medidas concretas (como almacenar alimentos, agua o tener un plan familiar).
Se estima que casi 20 millones de estadounidenses se identifican abiertamente como preppers, reflejo de cómo se ha normalizado esta conducta.
España y Europa
En España y Europa las cifras son menores, pero van en aumento. Y aunque aquí el movimiento es más discreto, el mensaje de fondo cala: «nunca está de más estar preparado».
En definitiva, el preparacionismo importa porque reduce la improvisación durante las crisis y empodera a las personas para proteger lo que más les importa en circunstancias difíciles.
En resumen
Saber qué es el preparacionismo nos permite entender que no se trata de paranoias ni de esperar el apocalipsis, sino de una forma racional de anticipación a problemas reales. A lo largo de la historia reciente, ha quedado demostrado que quienes planifican y se entrenan para la emergencia sufren menos el impacto del desastre y se recuperan más rápido.
Por ello, la importancia del prepping trasciende modas: es un componente clave de la cultura de la prevención. Con esta definición y contexto histórico en mente, estamos listos para adentrarnos en aspectos más concretos.