El boxeo moderno se formaliza a finales del siglo XIX con las reglas del Marqués de Queensberry, que introducen guantes acolchados, asaltos y normas de seguridad que lo diferencian del pugilato antiguo. Desde entonces, evoluciona hasta convertirse en uno de los deportes de combate más populares del mundo, con competiciones amateurs y profesionales a nivel internacional. Su metodología incluye trabajo de golpes, defensa, ritmo, desplazamientos y acondicionamiento físico intenso. Además de su valor deportivo, el boxeo es ampliamente utilizado como herramienta de preparación física y como base de striking para otras disciplinas de combate.