La Gestión de Conflictos Operativos surge como una necesidad crítica en la seguridad moderna: la mayor parte de las intervenciones de vigilantes, policías y personal de emergencias no requieren fuerza física, sino habilidades de comunicación, negociación y control verbal.
Desde finales del siglo XX, se estandarizan programas basados en psicología aplicada, análisis del comportamiento, escalada/desescalada, comunicación no verbal, escucha activa y protocolos de mediación en situaciones de tensión. En España, estos métodos se integran en formaciones regladas de seguridad privada, academias policiales y programas de intervención social. En el ámbito operativo, la disciplina busca minimizar riesgos, reducir la violencia y actuar con proporcionalidad, eficacia y legalidad.