El Jiu-Jitsu Tradicional moderno se basa en los antiguos métodos de jujutsu utilizados por los samuráis, adaptados en el siglo XX para la práctica civil y el entrenamiento estructurado en dojos. A diferencia del jiu-jitsu brasileño, su enfoque no está centrado exclusivamente en el suelo, sino que integra golpeo suave, agarres, luxaciones, derribos, controles y conceptos defensivos. Muchas federaciones desarrollaron programas técnicos estandarizados que combinan elementos del judo, aikido y jujutsu clásico, manteniendo la esencia marcial pero con una metodología más accesible para practicantes de todos los niveles. Hoy se usa ampliamente para defensa personal y formación básica en control y seguridad.