El kendo surge de la evolución del kenjutsu de los samuráis, adaptado en el siglo XX a un formato seguro que utiliza armadura protectora (bogu) y espada de bambú (shinai). Su práctica combina tradición marcial, respeto y entrenamiento físico intenso. La metodología moderna incorpora combate deportivo (shiai), ejercicios técnicos (kihon) y trabajo de forma (kata) con sable de madera. Hoy es una disciplina internacional que busca desarrollar carácter, determinación y correcto comportamiento marcial.