El kickboxing moderno surge en los años 60 y 70 como fusión entre estilos de golpeo orientales (karate, muay thai) y el boxeo occidental. Evoluciona rápidamente hacia un deporte reglado con diferentes modalidades según el grado de contacto y el tipo de técnica permitida, incluyendo light contact, full contact y modalidades de ring más exigentes. Su expansión internacional lo convierte en una de las disciplinas de combate más practicadas del mundo, presente en competiciones amateur y profesionales, así como en entrenamientos de preparación física y defensa.