Las tácticas de autoprotección en escenarios críticos nacen de la convergencia entre seguridad privada, intervención policial, emergencias y gestión de crisis. A medida que aumentan los incidentes complejos —agresiones violentas, evacuaciones urgentes, altercados, amenazas, espacios confinados, situaciones de pánico o movimientos de masas— se desarrollan protocolos específicos basados en la psicología del estrés, la gestión del entorno y la toma de decisiones rápidas.
Estas tácticas incluyen principios de:
• autoprotección individual y colectiva
• identificación de amenazas
• uso del entorno como herramienta defensiva
• actuación segura bajo presión
• rutas de escape, puntos seguros y bloqueo de accesos
• coordinación con equipos de emergencia
Hoy forman parte de formaciones avanzadas para seguridad, emergencias y ciudadanía, enseñadas mediante simulaciones realistas en entornos urbanos y espacios cerrados.