Modelo Noel Brunch
El psicólogo Noel Brunch en la década de 1970 desarrolló el llamado “Modelo de etapas de competencia” basado en el modelo de liderazgo situacional, que un año antes había publicado su colega Martin M. Broadwell. Este modelo de etapas de competencia, decía que el alumnado pasaba por cuatro fases antes de ser competente en cualquier tarea específica:
Incompetencia Inconsciente.
Alumnos que pese a no saber de una materia la subestiman relativizando su dificultad. Gente que nunca ha estudiado deportes de combate, pero se auto-proclama cinturón negro en pelea callejera, cuando no sabe ni posicionar, ni mantener distancia, ni tener una guardia que le garantice la cobertura. Es lo que muchos llaman atrevimiento por ignorancia. No saben y no son conscientes de que no saben. También pasa a muchos cinturones avanzados, incluso cinturones negros, que se han limitado toda su vida solo a hacer técnica al aire y formas, pero nunca han realizado combates, y sin embargo están completamente empoderados y no temen enfrentarse en una pelea física con alguien del mundo de la calle, que con o sin conocimientos formales tiene mucha experiencia en el campo del enfrentamiento que los estudiantes avanzados.
Incompetencia Consciente
Cuando se enfrentan por primera vez a un hecho y descubren que en realidad no tienen conocimientos para resolverlos de manera adecuada, toman conciencia real de su falta de conocimiento. Muchos alumnos que realizan su primer combate tras haber conseguido un cinturón alto, se dan cuenta de sus carencias en un terreno nuevo para ellos como es el enfrentamiento, incluso a modo deportivo.
Competencia Inconsciente
Los que llegan a un grado de maestría en la especialización que hace que resuelvan las situaciones de una manera natural que hasta parece sencilla vista desde fuera.
Competencia Consciente
Cuando se enfrentan por primera vez a un hecho y descubren que en realidad no tienen conocimientos para resolverlos de manera adecuada, toman conciencia real de su falta de conocimiento. Muchos alumnos que realizan su primer combate tras haber conseguido un cinturón alto, se dan cuenta de sus carencias en un terreno nuevo para ellos como es el enfrentamiento, incluso a modo deportivo.
Efecto Dunning Kruger
Los psicólogos David Dunning y Justin Kruger en la década de 1990 desarrollaron la teoría que ha pasado a llevar sus apellidos al darse cuenta que una gran parte del alumnado indistintamente de la materia que estuviera estudiando, pasaba por una serie de fases a lo largo del tiempo conforme iba progresando en cantidad de conocimientos adquiridos.
De este modo, el alumnado decía experimentar una avalancha de conocimientos en muy poco tiempo, llegando a auto-percibirse como muy superior en esa materia a su entorno cercano, incluso en algunos casos llegando a abandonar los estudios al creer (falsamente) que ya no tenía nada que aprender.
En artes marciales, es común que una parte del alumnado abandone cuando comienza a ganar campeonatos o ascender a cierto nivel en color de cinturón sobre todo si en su escuela es de los alumnos avanzados y en su entorno cercano fuera de la escuela de artes marciales tampoco nadie osa hacerle frente.
Por supuesto, los que somos formadores desde hace años, somos conocedores de que una gran masa de alumnado que logra su cinturón negro, después simplemente desaparece, considerandolo el final del camino, creyendo que ya no le queda nada más por aprender.
Sin embargo, los que se quedan el tiempo suficiente tiempo en ese estado al que llamaremos “monte ignorancia”, comienzan a percibir cosas que desconocían afectando a su estado de ánimo al llegar a creer conforme más cosas nuevas conocen que en realidad no saben tanto, y toman conciencia del enorme campo de conocimiento que aún les queda por adquirir e interiorizar, llegando a veces a otro pico de abandono en lo que se conoce como “valle de la desesperación” al verse completamente sobre pasados por la cantidad de cosas que les faltan por aprender, autopercibiendose como completos ignorantes, o incapaces de responder ante situaciones que con el tiempo que llevan deberían tener más que superadas.
En este punto, es imprescindible por parte de los formadores, reforzar al alumno concreto, con comparativas respecto a todo el alumnado con menos conocimientos, incluso consigo mismo hace pocos meses o años, forzándole a valorar su conocimiento real.
Tras esto, la curva de la autopercepción de conocimientos comienza a ascender con mucha motivación en un “camino hacia el saber” que le llevará si progresa en su aprendizaje hacia lo que Dunning & Kruger denominaron la “Meseta de los gurús”.
Hablando de enfrentamientos tanto deportivos como en agresiones, llegan y superan mucho antes el monte de la ignorancia los deportes de combate puros, tanto los de impacto como boxeo, como los de agarre como brazilian jiu jitsu, porque al estar desde niveles bajos luchando o peleando se les rompe la auto-percepción de superioridad rápidamente cuando otros son capaces de ganarles.
Las artes marciales más tradicionales que combinan el repertorio técnico con la filosofía y dejan de lado el combate o lo postergan a cuando el alumnado tiene un nivel alto, tardan mucho más en superar esta fase ya que van aprendiendo constantemente pero al no medirse ni auto evaluarse su sensación de invencibilidad es absoluta.
Esto queda muy bien explicado en este video referente a la curva de dunning kruger en las artes marciales:
Al fusionar estas el modelo de Noel Brunch con el efecto Dunning Kruger nos encontramos que todo tiene sentido, siendo completamente complementarios en el proceso de aprendizaje del alumno.
Aplicación de los conocimientos y la Curva de Yerkes Dodson
En 1908 dos psicólogos, Robert Mearns Yerkes y John Dillingham Dodson, realizaron un estudio con ratas a cerca del estrés, midiendo los tiempos que tardaban en salir de un laberinto cuando no eran sometidas a ningún estrés, cuando eran sometidas a un estrés leve con ruidos, luces, incluso descargas eléctricas de forma moderada, y cuando eran sometidas a un estrés severo con esos mismos ruidos o descargas eléctricas pero a una mayor intensidad.
El descubrimiento desembocó en que las ratas no tenían interés en salir del laberinto cuando no había ningún factor estresante, y eran incapaces de salir del mismo si estaban sometidas a demasiado estrés, sin embargo rendían muy bien cuando eran sometidas a un estrés moderado.
Esto es algo muy comprobable con los entrenadores cuando proponen tareas a su alumnado, si son demasiado sencillas se despistan, muestran desinterés, se aburren o pasan, y si la tarea es demasiado complicada ni siquiera lo intentan. Sin embargo cuando les supone un reto asumible se esfuerzan al máximo por conseguirlo.
Sin embargo, también descubrieron a lo largo de sus sesiones de experimentación que los estímulos que producían el nivel óptimo de estrés, al cabo del tiempo acababan siendo demasiado bajos, pues había una adaptación por parte de la rata al estímulo y producía cada vez menos estrés.
De este suceso habla el psicólogo de la marina norteamericana y teniente coronel Dave Grossman en el libro “Sobre el Combate”, al hacer referencia a la adaptación al estrés. En uno de los múltiples ejemplos de su libro, considera que un bombero con experiencia saliendo de casas en llamas, probablemente gestione mejor el estrés al ser sometido en un experimento a una habitación que de repente empieza a inundarse, manejando mucho mejor el estrés comparado con otras personas que habitualmente no se ven sometidas a ningún tipo de estrés, aunque ninguno de ellos había estado antes en una situación similar.
De estos estudios podemos concluir que si sometemos a nuestro alumnado a ejercicios con niveles de estrés leves y moderados, mediante ejercicios basados en escenarios que simulen situaciones de agresión cercanas a la realidad, adaptando las protecciones o la ausencia de ellas para e introduciendo elementos sorpresa a mitad del ejercicio según convenga, manejaremos el estrés del alumnado consiguiendo un alto rendimiento en el ejercicio, a la par que si en algún momento se ve sorprendido por una agresión real, sea capaz de no colapsar, manteniéndose en el nivel óptimo de productividad en lugar de en niveles bajos por sobresaturación de estrés, lo cual podría llevarle a tomar decisiones equivocadas o incluso a bloquearle siendo víctima perfecta de la situación como las ratas que ante demasiado estrés daban vueltas sobre sí mismas sin valorar siquiera probar caminos para tratar de salir.
Esta metodología de entrenamiento basada en escenarios o ejercicios basados en situaciones realistas hace que el alumno supere el pico de “monte ignorancia” muy rápido, y si el docente lo hace bien mediante la motivación, conseguirá si el nivel de estrés de los ejercicios es óptimo que su evolución desde el “valle de la desesperación” hasta la “mesta de los gurús” sea continuo y no llegue a estancarse, bajando ese estrés a bajo, creando otro pico de “monte ignorancia” y abandonando su aprendizaje.
Entendiendo las fases psicológicas por las que pasa el alumnado en su proceso de aprendizaje, los docentes deben planificar muy bien no solo el contenido de sus clases sino la intensidad a la que propondrán al alumno practicar dicho contenido, siendo esta una tarea muy complicada cuando hablamos de grupos heterogéneos en edad, nivel, condición física, y motivación, debiendo el docente homogeneizar la máxima cantidad de items a lo largo del curso a la mayor brevedad posible, para facilitarse el trabajo motivacional que sea capaz de hacer mejorar al alumnado a la mayor velocidad y calidad posible.
¿Pueden participar todos los niños en clases de artes marciales?
¿Todos ellos pueden participar en una clase de artes marciales?
La respuesta es sí. Y es importante recalcar que no todas las necesidades son iguales o se manifiestan del mismo modo en los niños. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que cada niño es diferente, no a todos los niños se les enseña de la misma forma.
Citando a Ignacio Estrada, (si un niño no puede aprender de la manera en que le enseñamos, quizás debamos enseñar de la manera en que él aprende)
El marco legal de la inclusión educativa
Según establece la legislación española, en la Ley Orgánica 3/2020 del 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2007, de 3 de mayo, de educación, ha de ponerse un esencial énfasis en garantizar la inclusión educativa en la atención personalizada, en la prevención de dificultades de aprendizajes y en la puesta en práctica de mecanismos de refuerzo tan pronto como se detecten dificultades.
Estrategias para una atención personalizada eficaz
Motivación
Una de las principales labores de un docente es motivar a sus alumnos, enseñarles que son capaces de mejorar su desempeño en cualquier tarea que se propongan, por supuesto, adaptada a las necesidades y características de cada niño, de esta forma, conseguiremos fomentar la autoestima de nuestros alumnos, del mismo modo que la aceptación y el auto concepto.
Respetar los tiempos
No todos los alumnos pueden mantener la atención durante el mismo periodo de tiempo. En mi experiencia trabajando con niños que tienen TDAH o TEA, he observado que es esencial permitirles tener tiempos de juegos, momentos en los que su mente descansa de la actividad que estemos haciendo, del mismo modo que deben tener momentos donde participan como el resto alumnos.
Exponer la planificación previa de la clase
Para algunos niños con necesidades especiales, la anticipación es muy importante, ya que les ayuda a mantener una rutina, a procesar mejor la información que se va a realizar con ellos durante la clase, a no estresarse… Y lo hacemos dedicando unos minutos antes de cada clase, hablando con ellos y explicándoles a través de pictogramas, la estructura del día.
Controlar los distractores
Para favorecer la concentración y el seguimiento de la clase es adecuado, en la medida en la que se pueda dependiendo del lugar donde se impartan las clases, mantener alejado de los niños cualquier potencial distractor, como pueden ser las colchonetas, los bancos o material propio de la clase de psicomotricidad, en caso de dar la clase en ese lugar.
Dar una sola orden de manera clara y concisa
Al hablar con los niños, a veces damos varias órdenes encadenadas para que los alumnos las realicen, sin embargo, es más adecuado dar una sola orden, pues puede resultar confuso para ellos el recibir más de una, logrando, de este modo, que no se lleve a cabo ninguna actividad provocando una gran frustración tanto en el niño como en el maestro.
Acompañamiento de pictogramas
Para alcanzar una inclusión óptima, se puede utilizar la metodología de pictogramas. A este efecto, y gracias a la colaboración de la plataforma ARASAAC, desarrollé el temario de un arte marcial, Taekwondo, hasta el cinturón negro primer dan, para que pudieran adquirir conocimientos del mismo modo que los adquieren sus compañeros, con resultados muy positivos.
La recompensa de enseñar con inclusión
Todo ello, requiere una adaptación del profesor para los alumnos con necesidades especiales y diferentes,
Aunque al principio pueda parecer algo complicado, merece la pena ver el brillo de sus ojos la satisfacción de haber alcanzado lo que querían; merece la pena comprobar que con tesón, con empeño y con ilusión favorecemos su crecimiento y su integración.
Y en este sentido me gustaría compartir la enorme satisfacción que conllevan los resultados positivos, ya no solo para mí, como docente, y para mis compañeros, sino para el resto de los alumnos, con los que ha compartido todo, con los que, en algunos casos, ha aprendido a relacionarse
Sobre todo para los propios niños y sus familias, pues, en algunos casos, ni siquiera ellas, estaban seguras de que sus hijos pudieran aprender algo, no porque dudasen de las clases o de las personas que las imparten, sino porque estaban demasiado acostumbrados a que sus hijos abandonaran las tareas emprendidas antes de consolidarlas.
Un mensaje final: llegar con todos y a tiempo
Todas las personas de un conjunto somos piezas de un puzle y no podemos prescindir de ninguna de ellas. Como decía el poeta León Felipe, (porque no importa llegar solo, ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo).
Y esto es lo que han hecho los alumnos a los que me refiero en nuestras clases de Taekwondo han sido capaces de demostrar los conocimientos aprendidos y han alcanzado los mínimos exigidos a cualquier alumno.