1.3. Concepto de espacio seguro para la infancia

El artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”.

Por este motivo la actividad física y deportiva es:
– Un derecho que puede jugar un papel fundamental en su desarrollo como personas.
– Una herramienta para acceder al disfrute de otros derechos como la educación o la salud.
– Una oportunidad para transformar sus vidas y perseguir sus sueños.

Entre los beneficios de la práctica deportiva se destacan:
– Mejora la salud emocional.
– Mejora las habilidades sociales.
– Mejora la condición física.
– Crea sentimiento de pertenencia a un grupo.
– Transmite valores sociales positivos.
– Aporta herramientas para resolver conflictos y facilita la tolerancia a la frustración.
– Genera referentes adultos como modelos a imitar.

Pero no todas las experiencias deportivas provocan estos beneficios, solo las sanas y seguras para el desarrollo del menor. Y es que los entornos deportivos muchas veces no están exentos de violencia, que tiene un gran impacto negativo a nivel físico, psicológico, congnitivo y social, además de riesgo de abandono de la práctica deportiva.

Proteger a los menores proporcionándoles experiencias sanas y seguras debe ser la prioridad de todas las entidades deportivas, y para ello la práctica debe desarrollarse en un entorno seguro y protector.

La LOPIVI introduce el concepto “entorno seguro” definiéndolo como:

“Aquél que respete los derechos de la infancia y promueva un ambiente protector físico, psicológico, y social incluido el entorno digital”

Las entidades deportivas y las personas adultas que trabajan en ellas, tienen la obligación de garantizar entornos seguros, que no solo cubran el rendimiento deportivo, sino la seguridad y protección frente a cualquier violencia.

El informe CASES (Child Abuse in Sport European Statistics) nos habla de las características de la violencia dentro del ambito deportivo tomando como referencia seis paises europeos entre ellos España.

En este informe nos dice que:
– el 70% de las niñas, niños y adolescentes que practica deporte sufre violencia psicológica.
– el 42% sufre violencia física en algún momento de su actividad deportiva.
– el 36% sufre violencia sexual sin contacto.
– el 34% sufre algún tipo de negligencia por parte de los adultos responsables del entrenamiento.
– y el 20% sufre violencia sexual con contacto.

Para mucha gente, el concepto de entorno seguro se limita a que no haya violencia física, pero este concepto debe entenderse de forma mucho más amplia.

Desde el Compliance o cumplimiento normativo, se trata de hacer todo lo posible por evitar riesgos, asumiendo responsabilidades como profesional docente o como institución siendo capaz de demostrar que se ha hecho lo posible para que no suceda nada malo y si sucede que no sucederá una segunda vez.

¿Son seguras las instalaciones donde se está practicando el deporte?
Pongamos por ejemplo que se entrena en una pista de parqué, donde hay una zona cerca de una de las paredes donde los clavos están un poquito más elevados de lo normal, y hay uno que está un poquito salido. Nunca pasa nada, está cerca de la puerta, pero a veces, los niños se tiran de rodillas haciendo carreras desde las espalderas hasta la pared opuesta a ver quién llega más lejos patinando con sus trajes de artes marciales. Cierto día uno llega más lejos de lo habitual y se hace una herida importante desde la rodilla a mitad espinilla.

No se trata solo de evitar el riesgo, sino de crear un espacio seguro para el completo desarrollo de la actividad. Algunos clubes pueden excursarse alegando que el pabellón es municipal, o de un colegio y que son simples profesores de la extraescolar de dos tardes en semana y que ellos como monitores no pueden hacer nada. Pero es nuestra responsabilidad legal (Si, nos obliga la ley), comunicar a quién sí tenga la responsabilidad de arreglar eso.

¿Están formadas las personas adultas para proteger a los niños y conocen su rol?
Muchos entrenadores no entienden esto, y solo están para lograr medallas, escondiéndose de los problemas de los menores tras el delegado, la junta directiva, el coordinador deportivo o las oficinas del club. Pero todas las personas adultas que rodean la práctica deportiva, da igual qué rol tengan dentro de la entidad, deben comprender cual es su implicación respecto a los menores, ya que esto es otra obligación legal.

¿Son el ambiente y la atmósfera adecuados emocionalmente?
Muchos atletas menores sufren castigo por talento. Niños y niñas que despuntan en su grupo de clase, y en un momento dado confiesan que en realidad no les gusta tanto su deporte, juegan solo por no defraudar a sus entrenadores o sus padres. Ese menor que hoy está el tercero en el ranking nacional de su categoría, mañana será el quinto, el noveno o el decimo cuarto. Estar emocionalmente bien es un elemento fundamental de los entornos seguros para la infancia.

¿Existen protocolos de prevención y de actuación frente a la violencia?
Mucha gente en clubes o federaciones consideran que por tener un protocolo ya estan exentos de cualquier otra responsabilidad y tienen la conciencia tranquila. Sin embargo, la creación de entornos seguros para la infancia no es solo un tema legal o protocolario. Toda la parte de prevención, formación, buen trato y espacios emocionalmente seguros son tan relevantes como tener un buen protocolo.

Los protocolos a parte de ser obligatorios por ley, son buenísimos, pero además de tenerlos la gente debe conocerlos y usarlos, sino no valen para nada. La clave está en que sean interiorizados por las personas de cada entidad. ¿sabe la gente qué debe hacer ante cualquier problema? ¿saben a quién dirigirse? ¿saben cómo dirigirse?

Muchas veces los protocolos son solo de acción tras el problema, pero no deben servir solo para intervenir y sancionar, sino para evitar y prevenir situaciones, y no solo desde el punto de vista legal o jurídico, sino desde el punto de vista práctico, deben ser sencillos, utiles, y directamente aplicables en el día a día deportivo por los profesionales que trabajan mano a mano con los menores, tanto para PREVENIR como para ACTUAR con recomendaciones claras, concisas y concretas.

Osea los protocolos son obligatorios por ley, y una parte muy relevante, pero solo son una parte de lo que hay que hacer.

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